13 de enero de 2015

NO SE COMO GESTIONAR LA NAVIDAD



A toro pasado me encuentro con un año (más o menos) por delante para resolver mis conflictos. Y acepto de antemano que soy de buscarle los tres pies al gato y darle vueltas a las cosas (si seguís este blog regularmente no os será nada nuevo).

La cuestión es que desde hace muchos años la celebración de los Reyes Magos me mosquea un poco. Socialmente es una fiesta perfectamente articulada para que todo el mundo participe pero para mí hay demasiadas cosas que no encajan.

Para empezar ¿qué sentido tiene dar los regalos a dos días de la vuelta al cole cuando te has pasado dos semanas enteras en casa? Perdonen pero lo encuentro absurdo a parte de que para el niño es frustrante ¿quién va a querer volver a encerrarse en el cole durante horas después de la euforia de recibir un montón de regalos? 

¿Y la magia? Pues la magia está genial pero hay que cuidarla y no es precisamente lo que veo en los mayores. Se nos escapa infinidad de veces comentarios y acciones sospechosas, vas a ver las carrozas a la calle  pero luego pones la tele y salen otros Reyes. Hay casas donde van los Reyes a dar regalos en mano a los niños y otras a las que no y ya por no hablar de que a fulanito le traen la casita para el jardín que yo siempre he soñado y a mi año tras año me la niegan ¿será que en el fondo ese niño es más bueno que yo? Sobre ese tema ya no voy ni a entrar porque el usar los Reyes para asustar y amenazar ya me parece lo último.

Demasiadas cosas que yo no puedo sustentar con una espiral de mentiras. Lo siento pero no va con mi filosofía de vida. Y no lo hago por ser más hipster que nadie, ni porque sea una antisistema, o no me gusten las tradiciones cristianas, ni porque crea que tales mentiras creen traumas porque yo misma creía en los Reyes (y otras cosas) y ni siquiera recuerdo cuando descubrí la verdad. Lo que supongo que significa que de trauma 0.

Pero precisamente me hace reflexionar el ver que yo sigo viviendo la Navidad con la misma ilusión con 34 años que tengo. Me encanta la Navidad y me ilusiono como los niños pequeños (o más) ante un árbol repleto de regalos, una mesa perfectamente decorada, ante los dulces, las comidas deliciosas hechas con amor, me encantan las luces y decorar la casa. Para mí eso es el verdadero espíritu Navideño.

Recuerdo que de pequeña sabía donde mi madre guardaba los regalos hasta el día de Reyes y una tarde mi abuela me pilló con uno en la mano. Era una Barbie preciosa y cada tarde no podía evitar ir a verla. La desenvolvía del papel con sumo cuidado y la admiraba dentro de su caja. La ilusión no eran los Reyes, era esa preciosa muñeca esperándome metida en su caja (por suerte mi abuela nunca se chivó a mi madre).

Entonces yo le puedo explicar a mis hijas que en casa no vienen los Reyes ni el Papa Noël. En casa los regalos nos los hacemos nosotros. Con la misma ilusión los ponemos de noche debajo del árbol, siendo una sorpresa para los demás, y valorando el detalle que ha tenido cada uno los desenvolvemos todos juntos y disfrutamos.

Pero entonces me pueden preguntar extrañadas: - ¿a casa de los demás van los Reyes y a la nuestra no? - Queda la opción de decirles la verdad pero claro, si le explico la verdad a mi hija la niña puede ir a cascárselo a sus amigas y al día siguiente tengo a un grupo de madres con antorchas y hoces en la puerta de casa dispuestas a hacer una caza de brujas.

¿Cómo lo gestiono pues? Porque como siempre o sigues la corriente o usas la dirección del salmón.

9 comentarios :

  1. Me sabe mal ser tan crudo pero si los demás van por el Mundo mintiendo, el problema es de ellos no tuyo. Esta es la conclusión a la que he llegado estos días, a toro pasado, y la que me hace decidirme, el día que me pregunten mis hijas por los Reyes de los otros, por decirles que en otras casas se opta por darles la providencia, la magia, la sorpresa, la alegría y la bondad a terceras personas.

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  2. Yo estoy de acuerdo contigo, si el mundo real ya está lleno de magia y es genial en sí mismo, no se necesita mucha parafernalia para hacer algo bonito por los demás

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  3. Si supieras que nosotros también tenemos ese dilema,mi marido opta directamente por decirle la verdad sin miramientos y a mi me va a saber mal mentirla pero pienso en el alrededor cuando le pregunten que le han traido los reyes y ellos como si dicen la verdad contestan: han sido los padres jajaja nos mirarian con cara de asesinos; al final optaremos cuando ella pregunte por decir la verdad y pelearnos con el resto del mundo ainss
    Besos

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  4. Pues a mi el ritual de reyes me encanta: escoger que es lo que te hace verdaderamente ilusión (no esas cartas interminables en que piden todo lo que se les ocurre). Ir a ver a los reyes a la cabalgata. Ir a dormir temprano y dejarles cava y leche por si quieren descansar y recuperar fuerzas. Claro que eso no quita que me ponga muy nerviosa ir a casa de los demás y que tengan tantos regalos que ni los miren cuando los desempaquetan. Es difícil encontrar el equilibrio entre lo que uno hace en casa y lo que sabe que veran en casa ajena. Pero eso no sólo pasa con el tema regalos, también con los modales en la mesa, el tiempo que se pasan delante de la tele y un largo ect.

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  5. Me pasa como.A Sonia, q mi.pareja pasa de vivir en una mentira. Yo prefiero que tenga una.ilusión, a mi.me.encantaría lo q dices, prepararlo entre nosotros y la.ilusión es la misma. Desde luego cuando toque regalar será en navidad, reyes no, o un detalle mínimo. Una.pena que no disfruten de los reyes con la vuelta al cole. Al año q viene supongo q ya tendremos q decidir..este año no se ha enterado de na!!

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  6. No sé qué decirte. Nosotros estamos planteándolo mucho en casa y no llegamos a una solución. En principio la cosa iba si celebraríamos Reyes, Papa Noel u otra cosa (yo voto por la Befana que es la bruja que trae regalos en Italia). A mi me molestaba más la parte religiosa y a Pedro la parte consumista. Yo pensaba que la parte consumista se puede limitar, pero la verdad es que es imposible con tíos y abuelos de por medio. Y al final surgió el tema mentir a los niños y el posible trauma. Yo sí que recuerdo enterarme y vivirlo como un mini trauma. De pronto dejé de creer en la magia, porque detrás de Papa Noel (nosotros celebrábamos eso) vino el Ratoncito Pérez, las hadas, las brujas y todo lo demás. Pero por otro lado también sé que mientras duró me encantaba esa parte y que hubiera dado lo que fuera por prolongarla. Así que no me resisto a privarle de eso a mi hijo. En fin, al final hemos decidido ir viendo poco a poco lo que nos surja y apetezca en cada momento concreto.

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  7. Con este tema tendremos jaleo en casa dentro de un tiempo. El papá de mi bichilla dice que esto de los Reyes es hacer crecer a la niña viviendo en un engaño, y quiere explicarle la verdad desde el principio. Yo creo que esto de vivir la navidad como un momento mágico no está nada mal, y que es una ficción que todos hemos tenido y que nos ha llenado de ilusión. Como dices, como mi churumbelita crea la versión d su papá y la vaya difundiendo a diestro y siniestro ¡nos van a echar del Pueblucho Infernal!

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  8. Hola, como una solución, no os habeis planteado de suprimir el dia de reyes de vuestros calendarios familiares. En mi opinión sin la mágia y la ilusión de los reyes los regalos carecen de sentido,es regalar por regalar, comprar por comprar, una muestra más del mundo consumista en el que vivimos. Hay una frase que intento cumplir y dice que mi libertat acaba donde empieza la de otro, con ella quiero decir que cuidado con destruir las ilusiones de otros niños que quieren disfrutar de este engaño. Felicidades Montse por este blog, por la capacidad de tratar los temas de una manera tan delicada y bien expresada.

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  9. Yo te cuento cómo fue en mi casa: nunca, nunca, nunca nos dijeron que los regalos eran de otras personas... si se pasaban el tiempo diciendo que no aceptáramos nada de extraños!

    Los regalos eran de la familia y eran detalles que demostraban que nos queríamos, el pretexto era la Navidad (para los abuelos era importante celebrar el cumple del redentor! para mis padres un solsticio siempre implicaba renovación) pero lo importante era estar juntos.

    Y no hace falta consumir ni despilfarrar, los "grandes" hacen intercambio de regalos por sorteo, para que todos tengan al menos algo, los niños reciben cosas de parte de todos, pero no todos son juguetes y no todo es material (por ejemplo, este año mis sobris tenían vales y se tenían que poner de acuerdo para "canjearlos", así que fuimos al acuario, al cine y a patinar en hielo!)

    No entiendo por qué hay que relacionar magia con mentira, creo que no hay nada más mágico que alguien piense en ti al hacer un regalo y que se lo puedas agradecer, no hay nada más mágico que una familia que se quiere de verdad y eso es lo que hay que trabajar.

    Eso sí, le reventé el chollo de papa noel a los niños de clase, pero ese es problema de sus padres, no de los míos! también les conté cómo se hacían los bebés xD

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